PROYECTO: Centro Deportivo en San Lorenzo

AÑO: 2018-2019

AUTOR: Javier Guerrero Brotons

LOCALIZACIÓN: Ciutat Vella, Valencia (Valencia).

CATEGORÍA: Equipamiento público/Urbanismo

INFO: Proyectos 5 – ETSA (UPV) Profesora Lourdes García Sogo.

La zona donde se produce la intervención es una manzana de la Ciutat Vella de Valencia, delimitada por la calle Zapateros, la calle Náquera, la plaza Cisneros, la calle de los Franciscanos y la plaza de San Lorenzo. Esta última recibe su nombre de la iglesia homónima, ubicada en la esquina sureste de dicha manzana, frente al Palau de les Corts Valencianes o Palau dels Borja, siendo un punto neurálgico de la actividad gubernamental, civil, cultural y turística de la ciudad.

La manzana en la que se encuentra el Palau de les Corts sí ha conservado su espacio verde interior, mientras que la de la Iglesia de San Lorenzo lo ha perdido con edificaciones de dudosa calidad y sensibilidad con el lugar. Algunas de estas son un edificio de aparcamientos, fachadas interiores convertidas en medianeras, y el convento franciscano anexo a la iglesia, de mediados del siglo XX. Parte de este edificio se levanta sobre las capillas laterales del templo, desdibujando y dificultando la lectura de la iglesia en su conjunto tanto en planta como con una perspectiva desde el interior de la manzana.

Desde el punto de vista morfológico, la manzana sí presenta una cohesión formal en cuanto a alturas y fachadas, tanto en composición como en materialidad. Esta cohesión se pierde nuevamente en el interior de la manzana, siendo uno de nuestros objetivos su recuperación y potenciamiento.

ESTADO ORIGINAL

VACIADO

PROPUESTA

INTERVENCIÓN URBANA Y PROGRAMA

El objetivo principal es recuperar el espacio interior de la manzana, la creación de un equipamiento deportivo y la singularización de la iglesia de San Lorenzo. Para ello, se propone derribar el edificio de aparcamientos y el convento franciscano. Este último, además de su escaso valor arquitectónico, presenta un estado deficiente de conservación.

Parte de la superficie que libera el parking se destina la construcción de un centro deportivo de barrio, mientras que la demolición del convento permite dejar exenta la iglesia y abrir un nuevo acceso al interior de la manzana.

Para paliar la falta de espacios verdes y vegetación de la zona, gran parte del espacio recuperado se destina a tal efecto. Para ello, se pavimenta la superficie necesaria, y se plantan árboles y setos de hoja caduca, para que en verano refrigeren y den sombra, y en invierno no impidan la entrada de luz a los edificios colindantes. Este espacio se destina a un uso público en contrapunto a su naturaleza histórica, pues los interiores de manzana eran propiedad privada de las casas.

De esta forma, al jardín se accede por el sur desde la calle de los Franciscanos, por el este desde la plaza de San Lorenzo, y desde el oeste por la plaza de Cisneros. En la esquina noroeste ubicamos nuestro centro deportivo.

FORMA Y USO DEL EDIFICIO

Las premisas formales del edificio son la cohesión y homogeneización respecto a las edificaciones colindantes. Mediante el estudio de las direcciones de los volúmenes de la manzana y del nuevo jardín, se le va dando forma. Así, el edificio queda configurado por dos volúmenes semejantes, los cuales albergan las salas principales, unidos por dos ejes de circulación casi ortogonales, en cuyo punto de unión se ubican las comunicaciones verticales. Los dos se componen de dos plantas, teniendo una de ellas doble altura. En paralelo a uno de los ejes horizontales, se anexiona un tercer cuerpo, cuya geometría sigue las directrices de los edificios colindantes de la calle Zapateros. Este último contiene los aseos, vestuarios y salas de administración e instalaciones.

SISTEMA ESTRUCTURAL Y CONSTRUCTIVO

A través del sistema constructivo y estructural del edificio, se busca enfatizar la independencia de los volúmenes respecto a las comunicaciones. Estas últimas se cubren con una cubierta plana, en contraste con las cubiertas inclinadas de los espacios principales, dándoles un mayor protagonismo.

Los dos contenedores principales están conformados por muros portantes de hormigón a dos de sus lados, y muro cortina de vidrio en la fachada. Para salvar la gran luz entre los muros, se suceden una serie de pórticos paralelos, alternándose dos sistemas direccionales diferentes. El forjado está resuelto con placas alveolares.

Las circulaciones, por su carácter longitudinal, se ejecutan mediante placas alveolares en la dirección transversal, apoyadas, por un lado, sobre un muro portante de hormigón, y por otro, por un cerramiento estructural metálico. Este último es el que vuelca al patio interior y a los volúmenes principales, dotándolo de mayor permeabilidad.